31 diciembre, 2005

REFLEXIONES DE UN SEGURATA

Llevo unos días pensando que podría escribir en mi página y no se me ocurre nada, estoy completamente seguro de que la felicidad mata la inspiración mientras que el dolor, la amargura o la desesperación agudizan el ingenio. Cuando uno es feliz entra en estado de autismo, todo le va bien y se siente seguro, nada atormenta su mente, no hay ninguna obsesión que le mantenga las noches en vela y se dedica a disfrutar de su suerte placidamente, si a este estado se suma el amor ya está todo perdido, la creatividad ha muerto, por lo menos en mi caso. Afortunadamente la felicidad es muy puta y nunca se queda mucho tiempo, es como una de esas amantes que nunca se entrega por completo, que sabes que no durará pero que, precisamente por ello, deseas con ansia, nada existe sin su opuesto, ambos se complementan y se dan sentido mutuamente, el amor es el preámbulo del dolor (nada es peor que la indiferencia) y la felicidad gotas en el mar de la rutina.
Yo ahora me encuentro en un momento de mi vida en el que soy más o menos feliz, trabajo en lo que me gusta, tengo unos amigos y una familia excepcionales y una novia con la que me siento muy a gusto. Por lo tanto, no me sale escribir desde un alma desgarrada o un corazón roto (mis mejores momentos) y mientras vuelvo a ese estado de autocompasión y pesimismo en el cual me siento como pez en el agua, he decidido recuperar algunas cosas que escribí en un momento especialmente delicado y por lo tanto abundantemente fértil por el que pasé hace unos años. Las interminables horas que pasa un segurata en su garita son un lugar muy propicio para las visitas de las musas, súmale un poco de amargura y de mal de amores y tendrás un escritor de mi primera. Próximamente dejaré en esta página algunas de aquellas reflexiones duras y nocturnas.

Esperando la inspiración, MARTI CARBONELL

23 diciembre, 2005

BOICOT A LOS PRODUCTOS HOLANDESES

En estas fechas vemos que, desde todas las partes de España, crece con fuerza el apoyo al boicot de los productos catalanes. Pero, españoles, debemos tener prioridades y si algún territorio merece nuestro más enconado repudio ese es Holanda, nido de herejes protestantes, este infausto país osó oponer resistencia al más grande imperio jamás visto sobre la tierra y fue causa de la pérdida de mucho del oro que con tanto esfuerzo y pericia ganamos en América. Estos si que eran independentistas de verdad y no Carod Robira, hostigaron con sus flotas toda la costa del imperio y se enfrentaron a nuestras mejores tropas, los gloriosos tercios de Flandes, hasta conseguir su “libertad del centralismo opresor”, poniendo con su infame traición la primera piedra de la decadencia de la Monarquía Hispana. Pero no nos engañemos, la malicia y la inquina holandesas no son sólo cosa del pasado, no les parece muy sospechosa la evidente relación que hay entre el Barcelona, los holandeses y las demandas del estatut catalán. Johan Cruiff, Koeman, Louis Van Gall, Cocu o Raijar, no son otra cosa que agentes secretos y desestabilizadores que se han introducido en Cataluña para sembrar el odio hacia España. Todo está relacionado y todo encaja. Por lo tanto, por ser los culpables de la decadencia del Imperio Español y por ser los promotores del diabólico estatuto catalán, yo propongo hacer un boicot a los productos holandeses, como forma de hundir su economía (igual que ellos hicieron con la nuestra hace 4 siglos) y como represalia a sus conspiraciones contra la unidad de la nación española.

Abanderado de los tercios de Flandes

10 diciembre, 2005

Fobia social



El mundo está cada día más poblado y más deshumanizado, en el tercer mundo no se respetan los derechos humanos y una vida no vale nada, en el primero vivimos sumidos en una fiebre consumista que se retroalimenta y que parece no saciarse nunca. La competitividad ha desplazado a la solidaridad, el éxito medido en términos materiales y obtenido al precio que sea necesario es el patrón a seguir en las relaciones sociales, la paciencia y el esfuerzo se ven superados por el culto a la novedad y la cultura del usar y tirar, los valores espirituales (no necesariamente religiosos) y humanísticos no son importantes en la formación de las personas, la fría ciencia y la practicidad dirigen nuestras vidas. Somos como borregos, todos iguales y obedientes, hacemos filas interminables junto a masas sin rostro para comprar productos que nos han hecho creer que necesitamos y que dentro de dos años estarán obsoletos. Somos nuevos Sísifos condenados a trabajar, comprar y consumir de una manera eterna y sin descanso, ansiosos por conseguir lo que no tenemos, pensando que la felicidad se obtiene y se pesa según los objetos que acumulamos y el ocio que compramos.
No es un secreto que no me gusta este mundo y tampoco voy a negar que yo vivo y participo de esta sociedad que tanto critico, pero no por eso pierdo mi derecho a reivindicar que existe otra forma de vivir, sin tantas prisas, sin tanta gente, sin tanto consumo, sin tanta presión. Quizás en el campo, quizás en otro país o quizás en Madrid si tuviera la fuerza de voluntad y la personalidad para sobreponerme al adoctrinamiento mediático y a la comodidad de dejarse llevar por la marea de lo que se considera normal
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El consumismo afecta a todos

03 diciembre, 2005

Cosas que no me gustan del transporte público

¿A quién se le ocurrió lo de los asientos del transporte público? ¿Por qué tengo que ir de cara a un tipo que no conozco de nada? ¿Cuál es el motivo de un diseño que me obliga a ir recogiendo mis piernas a la vez que trato de mirar a un lugar vacío del horizonte para no invadir la intimidad de mi compañero de viaje?
¿Por qué la gente en el autobús o el tren habla por el móvil a gritos? No me interesa su vida ¿Por qué la gente llama el noventa por ciento de las veces para preguntar dónde estás o para decir ya voy para allá? Ya no existe la paciencia.
¿Por qué debo escuchar la música distorsionada que dejan escapar los cascos del macarra de mi lado? ¿Es que estamos todos sordos? ¿Saben lo molesto que es oír a las ocho de la mañana el bacalao deformado que emana de uno de estos discapacitados auditivos?
¿Por qué cada vez menos gente ofrece su asiento a una persona mayor que viaja de pie? ¿Cuál es el límite de nuestro individualismo? ¿La educación?
Con este panorama: YO PREFIERO VIAJAR EN HELICÓPTERO.

¿Por qué lo llaman alumnos adolescentes cuando lo que quieren decir es terrorismo de baja intensidad?

La educación es algo muy complicado de llevar a cabo, saber poner límites a los alumnos, conseguir que te atiendan y que les interese lo que les estás contando, que aprendan y que aquello no sea un cuartel. Yo creo que he conseguido estos objetivos de una manera bastante digna teniendo en cuenta que era un profesor joven, nuevo y sustituto, el problema es que me afectan demasiado las cosas y todos los días me vuelvo cabreado a casa, tienes que ser un borde y un tipo serio si no quieres que la clase se desmadre. También es cierto que la parte de geografía no se da tanto a contar a los alumnos anecdotillas que les gusten (mi especialidad) como la Historia, de todas formas he aprovechado que el último día hemos llegado al continente americano para introducir alguna sobre su historia o su gastronomía, el éxito fue sorprendente, hasta los más rebeldes o habladores mandaban a sus compañeros guardar silencio para poder escuchar por qué el Amazonas se llama así, que es la venganza de Moctezuma o como a los indios no les crecía la barba, aunque para mi el momento cumbre fue cuando una niña, dentro de toda su ingenuidad e inocencia me preguntó ¿Por qué México no se sigue llamando Nueva España? A veces los niños dentro de su sencillez llegan a decir grandes verdades, es obvio que esta niña va a sacar sobresaliente en ciencias sociales.Otra de las sensaciones que tengo al tratar con niños de doce y trece años es que están muy verdes, que son muy niños para su edad, y sobre todo y lo que es más importante, muy poco autónomos, se lo tienes que dar todo hecho, puede que por este motivo tengan tan poca capacidad de sacrificio y no valoren la cosas en su justa medida. Pero quizás les exijo demasiado y simplemente se comportan de una manera adecuada con su edad, en fin que estoy aprendiendo muchísimo y no siempre es fácil. CONTINUARÁ