25 junio, 2008
PARTIDO HOMENAJE AL FRESAS
21 junio, 2008
ROUSSEAU NO ERA BUDISTA
“Es la debilidad del hombre lo que le hace sociable; son nuestras comunes miserias las que inclinan nuestros corazones a la humanidad; si no fuésemos hombres, no le deberíamos nada. Todo apego es un signo de insuficiencia: si cada uno de nosotros no tuviese ninguna necesidad de los demás, ni siquiera pensaría en unirse a ellos. Así, de nuestra misma deficiencia nace nuestra frágil dicha. Un ser verdaderamente feliz es un ser solitario: sólo Dios goza de una felicidad absoluta; pero ¿quién de nosotros tiene idea de cosa semejante? Si alguien imperfecto pudiese bastarse a sí mismo, ¿de qué gozaría, según nosotros? Estaría solo, sería desdichado. Yo no concibo que quien no tiene necesidad de nada pueda amar algo: y no concibo que quien no ame nada pueda ser feliz”
El enigma del deseo, Salvador Dalí (1929), Staatsgalerie Moderner Kunst, Munich
16 junio, 2008
YA LO DECÍA SCHOPENHAUER
“Se podría decir que buena parte de la sabiduría de la vida se basa en la justa proporción entre la atención que prestamos en parte al presente y en parte al futuro para que la una no pueda estropear a la otra. Muchos viven demasiado en el presente (los imprudentes), otros demasiado en el futuro (los miedosos y preocupados), raras veces alguien mantendrá la medida justa. Quienes sólo viven en el futuro con sus ambiciones, que siempre miran hacia delante y corren impacientes al encuentro de las cosas venideras cómo si sólo estas pudieran traer la verdadera felicidad, y dejan que, mientras tanto, el presente pase de largo sin dificultarlo ni prestarle atención, estas personas se parecen al asno italiano de Tischbein, con su fajo de heno atado con una cuerda delante de él para acelerar su paso. Siempre viven sólo ad interim, hasta que mueren. La tranquilidad del presente sólo la pueden molestar aquellos males que son seguros y cuyo momento de producirse es igualmente seguro. Pero hay muy pocos que sean así, porque o bien son males sólo posibles o en todo caso probables, o bien son seguros pero el momento de su acaecimiento es del todo incierto, como por ejemplo, la muerte. Si nos entregamos a estos dos tipos de malestar, no nos quedará ni un instante de tranquilidad. Para no perder la serenidad de toda nuestra vida ante males inciertos o indefinidos, debemos acostumbrarnos a ver los primeros como si nunca llegaran y a los segundos como si con seguridad no acaecerían en el momento actual”
09 junio, 2008
CRISIS POSDOCTORAL
El lunes después de convertirme en doctor sufrí una crisis existencial, ante mi se abría un nuevo horizonte y me sentía desorientado. Creo que hay un chiste que resume muy bien lo que pensaba:
Un profesor de filosofía se encuentra dando clase a sus alumnos en la universidad, se aparece de repente un ángel que le hace la siguiente proposición:
- te concedo uno de estos tres dones: sabiduría, belleza o cien millones de euros.
Inmediatamente, el profesor opta por la sabiduría.
La figura del profesor se empieza a iluminar, por fin tiene acceso a todo el conocimiento, a la verdad de las cosas, tiene todas las respuestas.
Uno de sus alumnos se acerca al profesor y le pide ansioso:
- dinos algo.
El profesor responde:
- tenía que haber elegido el dinero.
Se que a algunos se nos apareció el diablo hace unos cuantos años y nos propuso elegir entre lo que nos gustaba y aquello que nos daría una estabilidad económica con la que vivir tranquilos y sosegados. Yo no creo que nunca tuviese realmente posibilidad de elegir, soy demasiado romántico y apasionado como para haber optado por otra cosa que no fuese mi vocación. La historia no es lo que hago, la historia es lo que soy. Pero el lunes, ante el abismo que tenía delante, decidí mirar atrás ¿aquella fue una buena decisión? ¿Merece la pena tanto sacrificio, tanta incertidumbre?
Se que hay gente que optó por la opción más pragmática y hoy me miran con satisfacción, ven representada en mi la prueba andante de que ellos acertaron: un doctor cum laude en historia, sí, todo muy bonito, pero no tiene donde caerse muerto y hay que comer todos los días.
No quiero palmaditas en la espalda y últimamente me molesta que me digan que me admiran por la vida que llevo, yo no quiero ser un héroe, no quiero ser especial, ser profesor de universidad no debería ser una odisea por el desierto de la precariedad laboral y económica, algo no funciona en el sistema cuando a la vanguardia científica de nuestro país la obligamos a emigrar a otros lugares a ganarse la vida.
Los pragmáticos me dicen: Ya sabías que la historia no tenía salidas.
Es verdad, ya sabía que en las sociedades capitalistas las humanidades no se consideran trascendentes, estaba al tanto de que sólo lo material es importante y los países se miden en función de su producto interior bruto, o que la única investigación que se valora es aquella que conduce al desarrollo de la industria. Por lo tanto, si era consciente de que la historia no es entendida como una parte imprescindible de la formación del espíritu de las personas sino como un departamento más dentro de la cultura general y anecdótica que sirve, entre otras cosas, para ganar al trivial ¿Por qué elegí hacer historia? Quizás vi gigantes donde sólo había molinos. No se como acabará esto en el futuro, pero me temo que estoy condenado a morir de vocación.