20 julio, 2010

AL OTRO LADO DEL CRISTAL

En la sala de espera de algún aeropuerto, sentado solo y con un maletín de cuero marrón posado sobre el asiento de al lado, un hombre de ojos tristes se entretiene observando lo que pasa a su alrededor. Haciendo fila antes de embarcar en su vuelo, vestidos con ropa cómoda y con barba de varios días, un grupo de amigos comentan animados su viaje, los lugares que visitaron, las anécdotas recientes, las mujeres que conocieron... En frente de la tienda de regalos, una madre agobiada trata de controlar sin éxito a dos niños pequeños, les pide que se queden quietos pero éstos no parecen hacerla mucho caso y andan de un lugar a otro, chocando con clientes y estanterías... de pie, en el pasillo, un joven bromea con una chica que, por sus rasgos, parece del norte de Europa, se ríen, se abrazan y, finalmente, se besan... dos hombres apresurados rompen la atmósfera tranquila y de espera del lugar, pasan de largo corriendo y apenas puede verlos unos segundos, dos espaldas que se alejan...
Por un momento, aquel hombre de aspecto corriente y aire extraño, mira el suelo y se queda pensativo. De repente, suena en la megafonía la llamada de su vuelo y vuelve a levantar la vista, agarra su maletín mientras se incorpora sin prisa, saca el pasaporte y la tarjeta de embarque del bolsillo de su chaqueta de pana, se sitúa en la fila que se forma delante de la azafatas y espera su turno mientras continúa mirando atentamente al resto de pasajeros, una pareja de personas mayores, una estudiante de esas que siempre llevan una mochila, un ejecutivo que consulta su blackberry... todo le parece normal, nada se sale del pasaje habitual de las decenas de vuelos que coge cada año.
Pasa el control y se dirige en silencio a su asiento junto a una de las ventanilla del avión, coge un libro de su bolsa y se prepara para el vuelo. A través del cristal, cerca de donde se encuentran, pueden verse varios aviones enormes parados, un par de coches blancos con sirena y dos empleados del aeropuerto que parecen discutir al lado de un grupo de maletas apiñadas sin ningún orden en un remolque...
El avión sale a la pista y se prepara para despegar, el hombre se abrocha el cinturón de su asiento, apoya el peso de su cabeza sobre el respaldo y toma aire con fuerza. El llanto de un bebe se mezcla con el ruido de los motores. El aparato despega con fuerza y toma altura, él vuelve a mirar por la ventanilla, fija su mirada en la tierra que se aleja poco a poco mientras piensa que la vida es esa cosa que sucede a su alrededor y que le pasa a otros.