21 octubre, 2010

RIMAS

Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no sabe dónde
temblando se clavará;

hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;

gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va;

luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos
cuál el último será;

eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni adónde
mis pasos me llevarán.
Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas)

04 octubre, 2010

MANERAS DE VIVIR

¿Cuál es la mejor forma de tomarse las cosas?¿Cómo se deben encarar las diferentes situaciones que surgen en la vida? No lo se pero tengo serias dudas sobre si mi forma de actuar es la mejor para ser feliz o no. El budismo defiende la idea de que las personas debemos mantener una situación de equilibrio emocional, esto es, no alegrarse ni entristecerse demasiado, tratar de mirar la cosas con estoicismo, sin darles mucha importancia, porque todo es pasajero y nada permanece, mantener una actitud distante y, sobre todo, tratar de controlar los sentimientos tanto positivos como negativos, de esta forma se supone que uno sufre menos y, para el budismo, la felicidad es la ausencia de dolor. Sin embargo, yo lo vivo todo intensamente, tanto lo bueno como lo malo, y si algo pienso que me caracteriza es la pasión que pongo en todas aquellas cosas que considero importantes, como las relaciones humanas o el trabajo, de esta forma puedo pasar de la alegría a la tristeza o de la ilusión a la decepción con cierta facilidad, lo cual no es la manera más tranquila de caminar por el mundo. Que nadie me malinterprete, no se trata de ser un histérico, sino simplemente de no tomar muchas precauciones.
Seguramente esta forma de entender la vida me haga sufrir demasiado pero creo que también me sirve para disfrutar al máximo de algunos momentos especiales. Si eliges lanzarte con el trapecio sin red es evidente que no valoras la felicidad como la mera ausencia de dolor sino como pequeños instantes de alegría que te sacan de la monotonía y que por un segundo te hacen sentir pleno. Cuando tienes esa sensación, es algo tan increíble que te merece la pena todo aquello que hayas podido sufrir para llegar hasta allí.
¿Se puede cambiar de forma de ser? Tampoco lo se, yo sigo igual que siempre, lanzándome a morder la vida igual que cuando tenia dieciocho años, pero es cierto que los golpes que te vas llevando no caen en saco roto y te vuelven un poco miedoso, miedo a sufrir, a pasarlo mal. Pero no quiero que me gane el miedo, no quiero perder la pasión por las cosas, no quiero barreras de seguridad, ahora tengo una ilusión y voy a luchar por disfrutar de cada momento, si al final me sale mal la cosa tendré la absoluta seguridad de que puse toda la carne en el asador, de que lo di todo y lo hice lo mejor que supe. Y cuando sea viejo y mire para tras no tendré nada que reprocharme.