Avenida
de Berna, Lisboa:
-
Sobre uno de los muchos edificios abandonados de la ciudad se pinta el rostro
de una mujer, se trata de una iniciativa en contra de los malos tratos a las
mujeres. Para mí esto puede considerarse arte urbano.
- A un
imbécil integral se le ocurre pintar su firma sobre el rostro de la mujer. No sé
si la motivación del grafitero es el egocentrismo vandálico o un alzhéimer
prematuro que le lleva a escribir su nombre por todas partes para no olvidarlo.
El caso es que, como se ve en la foto, el imbécil tenía una pared virgen al
lado pero decidió, en un acto irrespetuoso propio del que no sabe distinguir entre
la rebeldía y la estupidez chulesca, hacerlo sobre el rostro femenino. Esto no
es arte urbano.