20 julio, 2009

MIRADAS SUCIAS

La noticia de que un número importante de hosteleros de ciudades como Málaga o Barcelona están presionando a sus respectivos ayuntamientos para que promulguen una ley que prohíba a la gente ir por la calle sin camiseta o en bikini me ha indignado. Estoy harto de esta obsesión de prohibirlo o regularlo todo que está acabando con nuestra libertad. Los comerciantes y conservadores no se conforman con imponer sus condiciones dentro de sus negocios sino que además quieren extender sus criterios a la calle e imponer lo que ellos consideran como “el buen gusto” a golpe de decretazo. Me recuerdan a aquel Papa que ordenó que tapasen con hojas los órganos sexuales que dejaban ver las esculturas griegas. Yo para todos estos temas que se refieren a la libertad individual soy bastante radical y nada políticamente correcto. No sólo se trata de que me parezca ridículo el que te obliguen a ir con camiseta por los espacios públicos sino que además nunca he entendido por qué no puedo salir a la calle en pelotas si me apetece y sin que me multen por ello. Los defensores de la moral me dirán que los seres humanos nos hemos dado una serie de normas de convivencia que se basan en el respeto mutuo y que sirven para que vivamos en una sociedad civilizada ¡Que discurso tan bonito y que gilipollez más grande! ¿No entiendo por qué resulta de lo más normal ver unas tetas en la tele o en la playa y cuando se hace por la calle o en un restaurante se convierte en algo ofensivo? Los defensores de la moral me dirán que un niño no puede ver tetas o penes porque podría corromperse y yo respondo que no me explico por qué ver el pecho de una madre lactante o el miembro viril de sus compañeros de gimnasia no les pervierte y el hacerlo en la calle si. No hay nada más natural e inocente que un desnudo, el problema no está en lo que se mira sino en la mirada. Esas supuestas normas de convivencia no se han hecho siguiendo un criterio de sentido común sino que se basan en una moralidad anticuada y puritana que hemos heredado de la más rancia tradición cristiana y occidental. O no os parece ridículo que alguien pueda pasearse por la calle con una camiseta en la que ponga “Gora ETA” o en la que aparezca un lema antiabortista, cosas que ofenden a mucha gente, pero sin embargo no pueda hacerlo desnudo o en calzoncillos. A mi nadie me ha preguntado mi opinión sobre esas supuestas normas de convivencia morales y me veo obligado a aceptarlas, aunque no les encuentre ningún sentido, sólo porque es lo que se lleva haciendo durante siglos. Así que yo propongo mandar a la mierda todas esas normas hipócritas que nos han impuesto y crear unas nuevas que sean más sinceras y se adapten mejor al mundo en el que vivimos. Dicho lo cual, como todos llevamos un puritano dentro más o menos reprimido, tengo que reconocer que a mi no me apetece ir desnudo por la calle. Sin embargo, como defendían los judíos de La vida de Brian, “una cosa es que yo no pueda parir y otra cosa es que yo no tenga el derecho a tener hijos”.

Ciclistas desnudos por las calles de Madrid

El zócalo de la ciudad de México lleno de personas desnudas posando para una fotografía

4 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy totalmente de acuerdo Alberto! mi padre es naturista, o más bien era ya que se casó con una conservadora que ya no le deja liberarse, pero nosotros los veranos los pasábamos en pelotas, fui testigo del gran miembro de mi padre desde muy chiquita, y con esos tamaños difícil me puso el asunto. jejeje
El problema del naturismo es que entonces ya no tiene gracia el desnudarse...pero viva las tetas al aire!
Paula
Firmo para que David no me diga que soy una sosa...

Alberto Baena Zapatero dijo...

¡Eres genial Paula! a espontaneidad no te gana ni Dios.

Yonko Majarón!! dijo...

Espero que nunca te vea en pelotillas por la calle!! Ni que instaures una nueva norma en Los Corleone!! Je, je!!

Alberto Baena Zapatero dijo...

A huevo cabrón!!! en los próximos corleone vamos todos en pelotas!!! jajaja