25 diciembre, 2007

MALAS ELECCIONES

En esta vida, desde que tomamos la responsabilidad sobre nuestros actos, nos hacemos otra cosa que elegir, en eso consiste la libertad individual aunque a veces tratemos de eludirla. Las elecciones van desde las pequeñas cosas que afectan a nuestra vida cotidiana hasta los grandes temas del trabajo, la familia o el amor. No podemos eludir las decisiones, apostamos y recogemos los resultados. Unas veces se acierta y otras te equivocas, es inevitable, en mi opinión lo importante no es elegir siempre el camino correcto, algo imposible (entre otras cosas porque a veces la frontera entre lo bueno y lo malo no está tan clara), sino qué criterio utilizamos para elegir y cómo actuamos frente a las consecuencias de nuestros actos. Cuando los efectos son buenos tenemos la satisfacción del deber cumplido, cuando los resultados son negativos para nosotros o, lo que es peor, para los que nos rodean y no hay manera de solucionar el daño, la gente suele tomar dos posturas: decir que no nos arrepentimos porque en el momento en que tomamos la decisión nos pareció la mejor opción posible, o pensar que metimos la pata y torturarnos por los remordimientos. Últimamente yo tengo la sensación de no haber tomado las decisiones correctas en mi vida, no me gusta mi situación actual y me pregunto como habré llegado hasta este punto. En lo profesional, de momento continúo siendo un “proyecto de persona”, una eterna promesa de que cualquier tiempo futuro será mejor, y en lo amoroso creo que la sensación es muy parecida, es evidente que me va muy mal en este importante aspecto, pero yo no le hecho la culpa a los demás o a la mala suerte, creo que me he equivocado muchas veces y esa cadena de errores me ha llevado a perder a la gente que quería, una dura condena. Miro al pasado con melancolía y al futuro con ansiedad, todo puede cambiar en un instante, la felicidad y la tristeza son estados transitorios cuya proporción marcan la calidad de la vida, nuevas decisiones me esperan y cada vez dudo más de mi criterio para elegir lo mejor.

15 diciembre, 2007

CONGRESOS Y CONGRESOS, HACIENDO HISTORIA

Esta semana he andado bastante liadillo con dos congresos, uno en la autónoma de Madrid, muy pijo, y otro entre Murcia y Albacete, muy masificado y de menor calidad. La experiencia ha sido buena, tal y como están las cosas (sólo te permiten hablar durante 10 o 15 minutos) lo mejor de un congreso no se produce en los salones de actos sino en los pasillos, conoces a gente interesante, intercambias experiencias, conocimientos y bibliografía, y te presentan a personas importantes en nuestro gremio. A mi me hizo mucha ilusión conocer a Pilar Gonzalbo, una profesora mexicana de la que he leído todo y a la que no ponía cara, resultó ser una mujer mayor muy simpática, que primero se sorprendió al ver a un tipo de dos metros y tres dígitos de peso dirigirse hacia ella, pero que inmediatamente después me dedicó una sonrisa y una palabras amables. Este segundo congreso versaba sobre la historia de la familia y la verdad es que me decepcionó un poco ver los trabajos de mis compañeros, ya hubo algunas críticas constructivas durante los periodos de preguntas, pero creo que es necesario un replanteamiento metodológico urgente, la historia de la familia se ha convertido en un conjunto de estudios de demográficos regionales, genealógicos y de redes locales, absolutamente vacíos de contenido y profundidad, con una falta de ambición alarmante. Por otro lado, no conocía ni Murcia ni Albacete y me gustaron, no son Lisboa pero no están mal. Aunque me sorprendió mucho una paradoja de la primera de estas ciudades, en la plaza de España pude comprobar que aunque reclamaban agua para todos en una pancarta que colgaba del balcón del ayuntamiento, el wi-fi gratuito sólo se lo daban a los murcianos, solidarios para el flujo de agua se mostraban insolidarios para el flujo de información, que difícil es ser coherente en esta vida. Lo mejor del viaje fue, con diferencia, las conversaciones con mi amigo abertzale Xavier que aunque se sentía en un país extranjero, no tuvo problemas en posar junto a mi debajo de una bandera de España.

04 diciembre, 2007

CÓMO ME GUSTA VIVIR EN MADRID

Os voy a recomendar dos exposiciones que me han encantado. En primer lugar, no podéis perderos una muestra de los mejores libros que alberga la Biblioteca Nacional de Madrid, es simplemente magnifica. Allí podéis encontrar, junto a las partidas de Alfonso X el sabio, las biblias para pobres y los cantares medievales, primeras ediciones de los grandes de la literatura española: Lebrija, Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Sor Juana Inés de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Góngora, Francisco de Rojas… también hay algunas curiosidades increíbles como un libro con apuntes de Leonardo da Vinci, un códice con imágenes para enseñar a los indios en América, la primera edición de la cartas de relación de Hernán Cortés o un libro de Petrarca iluminado con unas miniaturas de una belleza extraordinaria, también hay mapas de la Península y América hechos a partir de los diarios de viajes de los científicos ilustrados, y dibujos de Velázquez, Goya y Fortuny, todo ambientado con un sistema informático con el cual puedes pasar las páginas de las obras más interesantes y un video que explica la importancia de la muestra. En resumen, una ocasión imprescindible para aquellos que se consideren amantes de los libros.
La segunda, sobre los etruscos en el museo Arqueológico Nacional, es una buena ocasión para descubrir esta curiosa civilización, sobre todo sus extraordinarios sarcófagos, y comprobar cómo la mujer adquiere un protagonismo único en la historia de las manifestaciones artísticas de la antigüedad, algo que siempre pareció una aberración a los romanos. Como anécdota, el primer sarcófago que encuentras al entrar, en el que aparece representado un etrusco gordito y recostado sobre uno de sus lados mientras toma una copa de vino, no se por qué me recordó la imagen de mi hermano en la playa, creo que la analogía es bastante obvia.


escena del libro Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra firme por Diego Durán, siglo XVI


escena del códice de Leonardo da Vinci


Portada de la primera edición de las cartas de relación de Hernán Cortes de 1522, tan sólo un año despues de la conquista

Imagen de las siete partidas, siglo XIII-XIV