08 marzo, 2009

LA LIBERTAD COMO ARGUMENTO

Si hay una constante a lo largo de la historia esa es, sin lugar a dudas, que el prohibir las cosas a la gente no sirve absolutamente para nada. Si una persona se propone hacer algo, da igual los impedimentos que ponga el Estado o la sociedad, al final esa persona lo hace, por eso todos aquellos que se dedican desde cualquier ámbito de la vida a poner puertas al campo están condenados al fracaso. Este es el motivo por el cual, cuando a mí me preguntan sobre el aborto, las drogas o la prostitución, yo siempre contesto lo mismo: estoy a favor de su legalización aunque, en mi caso particular, no estoy a favor de recurrir a ello. Las razones son las mismas: en primer lugar, esta demostrado que el prohibirlo resulta un ejercicio de hipocresía social con graves consecuencias, se criminaliza a las mujeres que quieren abortar y a las que se dedican a vender su cuerpo, se empeoran las condiciones médicas en las que se llevan a cabo las intervenciones, se fomentan las mafias y la delincuencia asociadas a estas actividades, se deja sin control sanitario las mercancías que consumen miles de personas… ; en segundo lugar, creo que el ser humano debe ser libre para tomar por si mismo todas las decisiones que considere necesarias y no necesita que venga el papa-Estado a decirnos lo que podemos o no hacer, si yo no me drogo, no aborto o no me voy de putas es porque yo, después de considerar lo que supone cada una de estas actividades y valorar sus consecuencias, llego a la decisión personal de no hacerlo.
Otro de los grandes errores en los que suele caer la gente es pensar que lo moral y lo legal son la misma cosa o, lo que es lo mismo, que todo lo ilegal es inmoral, lo cual es tan absurdo como creer que el sistema es perfecto o que nuestros legisladores son infalibles. También se suele cometer la equivocación de entender la moral como una verdad absoluta cuando en realidad la moral es una verdad relativa, cada sociedad, religión o cultura tiene la suya, incluso cada individuo puede tener una moral propia. Este relativismo, bien entendido, no conduce al “todo vale” sino a comprender que existen otras formas de ver las cosas diferentes a la nuestra, lo cual supone el fundamento del respeto mutuo que, a su vez, es la base de la convivencia.
Por desgracia, el miedo y la desconfianza hacia el ser humano siguen moviendo la mayoría de las leyes que regulan nuestras sociedades. La legalización de las drogas, la prostitución o el aborto no obliga a nadie a practicarlo ni aumenta su volumen (Holanda es un buen ejemplo de ello). Si tú no quieres hacer una cosa, no la hagas, pero deja a los demás que hagan lo que les de la real gana, que el mundo no se acaba por ello. La libertad es el bien supremo del ser humano, respetemos las decisiones de cada uno, nos gusten o no.

La libertad guiando al pueblo, Eugene Delacroix

8 comentarios:

Anónimo dijo...

tu no te vas de putas y no te drogas no por que tu moral te lo impida sino porque no tienes un puto duro, tieso que eres un tieso!

je je je

ilmo dijo...

Coño, Alberto se ha vuelto liberal.

Pero si eres un fanático del intervencionismo de Papá Estado en todos los ámbitos de la vida de las personas.

Qué cacao.

Abrazos

Alberto Baena Zapatero dijo...

No confundamos las cosas, una cosa es creer que el Estado tiene que garantizar una serie de derechos fundamentales del ciudadano y velar porque la inciativa empresarial privada no se coma los intereses de los más débiles (mira a la crisis que no ha conducido dejar a los banqueros a sus anchas) y otra cosa muy distinta es querer que el Estado controle y legisle sobre todos los aspectos de nuestra vida.

Anónimo dijo...

Es una mierda todo lo que escribes. Con la elegacia se nace...

Alberto Baena Zapatero dijo...

"con la elegacia se nace", supongo que con "elegacia" querrás decir "elegancia", lo que no entiendo es como alguien que se atreve a dar clases de elegancia califica de "mierda" todo lo que escribo, sin dar argumentos ni firmar el comentario, supongo que se debe a que los cobardes ignorantes no tienen capacidad ni para escribir correctamente ni para argumentar sus opiniones de manera elegante.

Anónimo dijo...

al anónimo ese de mierda, que dice que mi colega escribe mierdas, como te coga te voy a dar una hostia que vas a estar tres meses diciendo ¡ay! alelao que eres un alelao. Cago en to!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario de los dos anónimos ... Me gusta ser sincero verdaderamente con mis sentimientos y no se tiene porque dar explicaciones!Cada uno con el adjetivo que le es más propio.

Alberto Baena Zapatero dijo...

A los anónimos: si mi blog no os gusta lo teneis muy fácil, no os metais y no hagais comentarios. Yo no escribo por dinero, lo hago por gusto asi que no tengo que intentar agradar a nadie, al que le guste, bien, y al que no, que le den.