LA VIDA Y EL OLVIDO

A veces siento que la vida moderna me sobrepasa, hay muchas cosas que hacer y poco tiempo, todo va muy deprisa y nos exigimos demasiado, hay demasiada información que procesar, distancias enormes que nos separan… todo es muy complicado. A veces también me preocupa saber si lo que hago sirve para algo, si a alguien le interesa lo que escribo ¿sólo vale lo que es útil? Puede. La historia no le importa a nadie, hoy es más importante el deporte, el corazón, la política, todo es entretenimiento, quizás el pasado también lo sea, o quizá nos sirva para reflexionar sobre la condición humana. Y después de todo ¿Cuál es el sentido de la existencia? Si cuando morimos nadie nos recuerda, sirve de algo nuestra vida, puede que mi pasión por la historia sea sólo mi miedo a olvidar a los que vivieron antes que yo, a que cuando muera y pase el tiempo me olviden a mi también, porque si Dios no existe, el olvido es la muerte. Pero no podemos parar el tiempo, podemos recuperar hechos, datos, incluso imágenes, pero nadie puede recuperar sentimientos, nadie puede congelar lo que siente en una fotografía del alma. El tiempo es la sucesión de momentos, no de segundos, cada momento es una experiencia irrepetible, irrecuperable, entonces ¿Qué es lo que recupera el historiador? Sólo palabras muertas, reflejos en el mar de la existencia pasada, ¿una tarea inútil pero necesaria o sólo inútil? A veces entro en crisis y me deprimo, a veces desearía ser tornero y no pensar, mirar el lago tranquilo y descansar.