31 diciembre, 2005

REFLEXIONES DE UN SEGURATA

Llevo unos días pensando que podría escribir en mi página y no se me ocurre nada, estoy completamente seguro de que la felicidad mata la inspiración mientras que el dolor, la amargura o la desesperación agudizan el ingenio. Cuando uno es feliz entra en estado de autismo, todo le va bien y se siente seguro, nada atormenta su mente, no hay ninguna obsesión que le mantenga las noches en vela y se dedica a disfrutar de su suerte placidamente, si a este estado se suma el amor ya está todo perdido, la creatividad ha muerto, por lo menos en mi caso. Afortunadamente la felicidad es muy puta y nunca se queda mucho tiempo, es como una de esas amantes que nunca se entrega por completo, que sabes que no durará pero que, precisamente por ello, deseas con ansia, nada existe sin su opuesto, ambos se complementan y se dan sentido mutuamente, el amor es el preámbulo del dolor (nada es peor que la indiferencia) y la felicidad gotas en el mar de la rutina.
Yo ahora me encuentro en un momento de mi vida en el que soy más o menos feliz, trabajo en lo que me gusta, tengo unos amigos y una familia excepcionales y una novia con la que me siento muy a gusto. Por lo tanto, no me sale escribir desde un alma desgarrada o un corazón roto (mis mejores momentos) y mientras vuelvo a ese estado de autocompasión y pesimismo en el cual me siento como pez en el agua, he decidido recuperar algunas cosas que escribí en un momento especialmente delicado y por lo tanto abundantemente fértil por el que pasé hace unos años. Las interminables horas que pasa un segurata en su garita son un lugar muy propicio para las visitas de las musas, súmale un poco de amargura y de mal de amores y tendrás un escritor de mi primera. Próximamente dejaré en esta página algunas de aquellas reflexiones duras y nocturnas.

Esperando la inspiración, MARTI CARBONELL

3 comentarios:

Gran Danés dijo...

"... Y una novia con la que me siento muy a gusto."
¿Con Almendra? ¿Esa señorita mexicana, mejicana señorita que ignora cómo se hace un margarita?

Anónimo dijo...

escribir siempre duele Alberto... excepto para estos señores periodistas fraudulentos o no, que acaban haciéndolo tan sistemáticamente que son como un ginecólogo ante el "chochito" de su amada (con perdón).
Feliz año y ánimo con ese blog.
Tamara

Alberto Baena Zapatero dijo...

Me quito el sombrero contigo Tamara