15 marzo, 2006

LOS MACARRAS, LA NOBLEZA DEL SIGLO XXI

Viendo la gran injusticia social y las infames acusaciones que sufre el grupo de los macarras, me he visto en la necesidad de romper una lanza en favor de este insigne conjunto de ciudadanos y dar a conocer, a España y al Mundo entero, las verdaderas raíces de su comportamiento y su imagen.
Los macarras son, sin lugar a dudas, los herederos legítimos de la nobleza estamental. Han tomado con un ingenio asombroso todos los símbolos de su poder y prestigio y los han adaptado a las nuevas circunstancias del siglo XXI. Forman, al igual que la nobleza del antiguo régimen un grupo fuertemente cohesionado y con relaciones endogámicas, con un código ético y moral propio que les marca duras reglas de comportamiento (Por ejemplo “la hermana y la piba de un colega son sagradas, chico” o “no mezcles al beber que si no la resaca es la polla, chico”) y unos fuertes lazos de solidaridad y ayuda mutua (“si me tocan a los colegas yo me meto y los mato, chico”).
Un espectador despistado podría pensar que es síntoma de simpleza intelectual el que todos se vistan y se peinen de la misma manera pero nada más lejos de la realidad, su aspecto y sus ropas deben dejar claro que forman parte de un grupo privilegiado y superior. De esta manera, el sombrero aristocrático y el monóculo han dejado paso a la gorra de colores llamativos y la gafas de sol (da igual la hora del día, la temperatura o el lugar en que se encuentre el macarra, son símbolos de su estatus), los piercing y tatuajes sustituyen a las joyas aristocráticas (aunque muchos siguen conservando reminiscencias del pasado y llevan grandes collares y anillos de oro), la camiseta del Radical a la de seda, las New Balance a las botas de cabalgar. Todos estos símbolos formaban y forman parte de una manera de mostrarse públicamente y de mandar un mensaje subliminal al resto de la sociedad, te encuentras ante un personaje de la nobleza.
El carro era en la antigüedad, y sigue siéndolo hoy, un signo de ostentación económica, sólo los más ricos se pueden permitir el transporte más lujoso, así que el carruaje de caballos se ha adaptado a las nuevas circunstancias y hoy es el coche tuneado con mazo de caballos, chico. Un detalle muy importante es la música del carro, al igual que la música clásica y la ópera durante largo tiempo se asociaron a la clase aristocrática ahora la música electrónica y el bacalao realizan la misma función con los macarras, ademas es fundamental que el carro tenga unos buenos altavoces para que la gente pueda darse cuanta a varias manzanas a la redonda que ahí se encuentra un macarra, lo mejor de la sociedad.
Su manera de hablar no indica incultura o vulgaridad brutal, es un argot aristocrático y particular que sólo es comprensible para un elitista grupo de iniciados. Antiguamente, a los nobles se les ponía el Don o la Doña delante del nombre y luego se decían sus títulos, ahora el prefijo señorial es un artículo y los títulos son apodos (por ejemplo, Don Ricardo Corazón de León, pasado al macarra sería El Richi Polla Brava; o Doña María Magdalena se llamaría en la actualidad La Mery o Mari la Bollera). Además, ninguna palabra debe pasar de dos o tres silabas (por eso el instituto es el insti o la furgoneta es la furgo). Por último, el término “movida” es comodín y puede usarse para múltiples acepciones (“pásame esa movida” puede referirse a cualquier cosa y “ayer nos metimos en una movida” puede significar un sin número de situaciones) y cualquier frase debe finalizar con la palabra “chico”.
Todas estas comparaciones son una pequeña muestra de las múltiples coincidencias que hay entre la nobleza señorial y el grupo de los macarras. Los Macarras son una élite cultural incomprendida en nuestro país, por lo que debemos reconocer toda su importancia y admitir que nuestro desprecio no es más que la envidia que nos produce el no pertenecer a ese grupo privilegiado de la sociedad.

Quería poner una foto de un coche tuning pero encontré esta en la que salen las chicas azafatas de la concentración de tuneros y me gustó más
El coche tuning está detrás de la chica, lo juro

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noches!!

Me ha gustado mucho tu mini-ensayo acerca de los "macarras".
Cuando en cualquier transporte público me veo rodeada contra mi voluntad de grupos de adolescentes chillones me llama poderosamente la atención la gran cantidad de elementos comunes que presentan..ellas, ropas sacadas directamente del armario de Eva de los Serrano, peinados con flequillos ladeados -aunque tapen media cara y las haga parecer bizcas-, pantalones de cadera baja asomen o no incipientes lorzas...y qué decir de ellos! con sus anillos tipo "sello" en el dedo meñique, sus cadenorras de oro que asoman a traves de la camisa abierta tipo "pecho lobo"...ni que decir tiene que alucino ante la pobreza léxica y la miopia mental de esta nueva generación..Qué diferentes a nosotros, que crecimos viendo a Oliver y Benji y, nosotras, claro está, manteniendo interesantísimos debates acerca de la pregunta entre las preguntas: ¿Brandon o Dylan?

Un beso Maiki y ya va siendo hora de que nos veamos

Vir

Anónimo dijo...

vaya sorpresa revisar tu pagina y encontrarme con estas fotitos que te gustan tanto. que, ya cambiaste la del portatil por esta nueva??? con lo que me gustan...