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Os voy a recomendar un libro de lectura ligera para esos momentos de descanso en la piscina o en la playa, para que lo leáis mientras embadurnados como croquetas tomáis el sol debajo de una sombrilla que apenas resiste la brisa marina del mediterráneo, por ejemplo.
Se trata de El Profeta de Khalil Gibran, un escritor sirio que funde en su estilo varias tradiciones y estilos, reflexionando de manera amena y sencilla sobre problemas complejos y transcendentales, todo sazonado con unas metáforas de una belleza exquisita. Aquí os reproduzco un trozo que habla sobre la amistad a ver si os pico, disfrutarlo.
“Un hombre joven pidió: Háblanos de la Amistad.
Y el dijo:
Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades.
Él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento.
Y él vuestra mesa y vuestro hogar.
Porque vosotros os precipitáis hacia él con vuestro hambre y lo buscáis sedientos de paz.
Cuando vuestro amigo os hable con sinceridad, no temáis vuestro propio no, ni detengáis el sí.
Y cuando el permanezca en silencio, que vuestro corazón no cese de oír su corazón.
Porque cuando hay amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría.
Cuando os separéis de un amigo, no sufráis.
Porque lo que más amáis en él se volverá nítido en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés.
Y no permitáis más propósito en la amistad que la consolidación del espíritu.
Porque el amor que no busca más que la dilucidación de su propio misterio, no es amor sino una red que, lanzada, sólo recoge lo inútil.
Que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo.
Si el ha de conocer el menguante de vuestra marea, que también conozca su creciente.
Porque ¿qué amigo es el que buscáis para matar las horas?
Buscadlo siempre para vivir las horas.
Porque él existe para colmar vuestra necesidad, no vuestro vacío.
Y permitid que haya risa y placeres compartidos en la dulzura de la amistad.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su alborada y se refresca”
Se trata de El Profeta de Khalil Gibran, un escritor sirio que funde en su estilo varias tradiciones y estilos, reflexionando de manera amena y sencilla sobre problemas complejos y transcendentales, todo sazonado con unas metáforas de una belleza exquisita. Aquí os reproduzco un trozo que habla sobre la amistad a ver si os pico, disfrutarlo.
“Un hombre joven pidió: Háblanos de la Amistad.
Y el dijo:
Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades.
Él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento.
Y él vuestra mesa y vuestro hogar.
Porque vosotros os precipitáis hacia él con vuestro hambre y lo buscáis sedientos de paz.
Cuando vuestro amigo os hable con sinceridad, no temáis vuestro propio no
Y cuando el permanezca en silencio, que vuestro corazón no cese de oír su corazón.
Porque cuando hay amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría.
Cuando os separéis de un amigo, no sufráis.
Porque lo que más amáis en él se volverá nítido en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés.
Y no permitáis más propósito en la amistad que la consolidación del espíritu.
Porque el amor que no busca más que la dilucidación de su propio misterio, no es amor sino una red que, lanzada, sólo recoge lo inútil.
Que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo.
Si el ha de conocer el menguante de vuestra marea, que también conozca su creciente.
Porque ¿qué amigo es el que buscáis para matar las horas?
Buscadlo siempre para vivir las horas.
Porque él existe para colmar vuestra necesidad, no vuestro vacío.
Y permitid que haya risa y placeres compartidos en la dulzura de la amistad.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su alborada y se refresca”
A mis amigos
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