09 enero, 2007

EL MÓVIL Y YO.

En mis últimas vacaciones en Lisboa he perdido o me han robado mi móvil, y con el mi agenda de teléfonos ¿dónde han quedado aquellos tiempos en los que las agendas eran de papel y se escribía hasta en los márgenes? Aquellas eran más artísticas porque mientras hablabas por el teléfono dejabas crear a tu subconsciente dibujos extraños sobre sus castigadas hojas. En fin, en esta situación, me veo en la necesidad de pediros a todos mis queridos lectores que me mandéis vuestro número por correo electrónico o que aprovechemos esta ocasión para que me llaméis, me contéis como estáis y me deis vuestro número de viva voz.
Aprovechando que hoy el protagonista de mi artículo es el móvil, voy a hacer una reflexión simple pero interesante. Observando a la gente que me rodea creo que se puede saber mucho de las personas por el tipo de móvil que tienen y la melodía que les avisa de que les está entrando una llamada. Por ejemplo, mi amigo Carmona tiene dos móviles, uno de trabajo que usa de lunes a viernes y otro personal que utiliza los fines de semana, esto nos indica que trata de no mezclar su vida profesional y su vida personal, las mantiene bien separadas y nunca trabaja los fines de semana, no como mi hermano, que tiene móvil de empresa porque siempre tiene que estar localizado y, por supuesto, trabaja no solo los fines de semana sino más de lo que debería. Bazta y Almudena tienen el mismo móvil, un matrimonio feliz (que bonito), y Almu se ha puesto una tarifa plana porque para ella la amistad y las relaciones personales son muy importantes ergo gastaba demasiado. Castelao es un claro ejemplo de cómo una personalidad excéntrica y cantosa se demuestra con una música hortera de aviso en el móvil y una canción de moda tras los tonos de “comunicando”. Luisma lleva de fondo de pantalla un coche y se ha incorporado un sistema de GPS, lo cual nos demuestra su desmesurado amor por los vehículos. Alber tiene un enfermizo amor por la ostentación y el lujo, cambia de móvil cada poco tiempo y siempre tiene el mejor y más caro. Para algunas personas como mi buen amigo Rubén un cambio de móvil refleja un cambio profundo en su vida. Hay quien le regala un teléfono a su hijo menor de 10 años indicio claro de lo mimado que lo tiene; hay quien tunea el móvil, lo pinta o le pone pegatinas multicolores y multiformas, síntoma de que le gusta cuidar los detalles, de que le da importancia a las buenas apariencias o de que, simplemente, es un hortera; hay quien hace siempre perdidas (podría ser mi caso) lo que nos demuestra que o tiene serios problemas económicos o es un rata; los hay que tienen de sintonía el himno nacional, bandas sonoras de pelis frikis o música de bacalao todo lo cual nos puede hablar un poquito de su personalidad. En resumen, cuando vayas a una cita o te presenten a una persona, echa un vistazo a su móvil, podría darte alguna información importante. No os olvidéis de mandarme vuestro número.

Esta foto no tiene nada que ver con el artículo, la pongo porque me gusta, es una señal de un pueblo perdido de la sierra de Cazorla

No hay comentarios: