23 junio, 2007

EL DÍA QUE CONOCÍ AL SUB

Una tarde de junio conocí al Subcomandante Marcos, fue una experiencia mágica que os aseguro que nunca olvidaré. Todos estábamos ansiosos y yo tenía la sensación de estar esperando para ver un pedazo de historia andante, un símbolo, una bandera, un mito que algún día figurará al lado del Che. Cuando hablo de Marcos no entro en el debate de si es un oportunista o un héroe, sólo me refiero al personaje, una construcción cultural perfecta. La puesta en escena fue espectacular, sin guardaespaldas y entre los cuadros que pintara un amigo para adornar sus letras, entró en el auditorio con su gorra del EZLN, su pasamontañas negro, un collar con motivos indígenas en el pecho, dos plumas de halcón regaladas por tribus nómadas de Norteamérica colgando en su espalda, una pulsera típica del sur, y su pipa, la pipa de Marcos. La expectación fue increíble, nadie atendió al resto de participantes de la presentación del libro, todas las miradas y los flashes se dirigían hacia el sub. Yo estaba emocionado y trataba de respirar el humo de la pipa, la pipa de Marcos, llegué a respirar su aroma, no era tabaco, era alguna hierba y, como si de un niño se tratara, pensaba feliz: - ¡He respirado la pipa de Marcos! Cuando comenzó a hablar nos terminó de ganar a todos, independientemente de que fuera honesto o no, nadie puede negar el que se trata de un tipo con carisma, simpático y entrañable. Pero la verdad es que todos estábamos predispuestos a que nos agradara, sugestionados por la fuerza del mito, así que tampoco es algo sorprendente la impresión que me causó. Al final nuestro tiempo se acabó y Marcos volvió a sus montañas, con sus campesinos, a la lucha por la libertad, oculto tras el humo de su pipa, o a lo mejor no, pero los mitos son así, lo importante no es lo que son sino como nos hacen sentir.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que hablo por todos cuando digo que viendo tu cara te quedaria mucho mejor el pasamontañas a ti. Me alegro mucho, ya solo te falta conocer al ratoncito perez y hablas alcanzado todos tus sueños.

Saludos desde madrid

Babel dijo...

Lo que mas me gusta del subcomandante es su sonrisa. Al, no hace falta que te vayas a Mexico para conocer al ratoncito....creo que se mueve mas por España.

Mas saludos desde Madrid