22 enero, 2008

DAF EN MADRID

Dafne es una amiga francesa con la que estuve viviendo un año en México, desde que nos conocimos nuestra relación fue alternando entre el amor y el odio. Durante los días que ha pasado en Madrid he descubierto dos cosas gracias a ella:
- La primera, el efecto terapéutico del alcohol en las relaciones humanas. Después de bebernos varias copas de vino, hablamos de todas aquellas cosas que nos gustaban o que repudiábamos en el otro, nos sinceramos, limamos asperezas y recuperamos una relación que nunca debimos perder. Tambien el tiempo ayuda a cerrar viejas heridas y ninguno de los dos somos rencorosos.
- la segunda, lo absurdo que es etiquetar a la gente y, sobre todo, no ir cambiando el contenido de las etiquetas con el tiempo. Después de unos primeros meses locos en México, mi impresión sobre Dafne fue que era una chica guapa, agradable e inteligente, pero también una trepa, una mujer fatal capaz de sacarte hasta el último euro y una persona tremendamente individualista. El tiempo ha demostrado que me equivoqué, fue capaz de comprometerse en una relación de una manera que yo nunca esperé, de sacrificar sus intereses y de ir mejorando. Hoy sigue siendo igual de guapa pero ha ganado en madurez, tiene muchas ganas de aprender y una muy buena conversación. Me ha ofrecido reunirme con ella en La Paz si finalmente recorro Sudamérica y quizás allí podamos continuar lo que recuperamos en Madrid.

La casa de Granada en Madrid, uno de los mejores sitios para ver atardecer

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