28 abril, 2008

VICTORIA IMPREVISTA

A lo largo de la historia ha habido muchas derrotas memorables pero, sin lugar a dudas, las más recordadas son aquellas que sorprenden por romper el guión establecido, cuando una de las partes que era superior a priori se ve doblegada por un contrincante muy inferior en número o preparación. Viendo el rostro de mi hermano Rafa después de ser derrotado al ajedrez chino (Xiangqu) por mi genialidad y talento, podemos imaginar la expresión de estupor de Darío III en Gaugamela al ver sus tropas en desbandada ante el ímpetu de la caballería macedonia dirigida por Alejandro el Grande, el gesto cabizbajo de Rafa recuerda el estupor en los ojos de los cónsules romanos al comprobar en Cannas cómo, a pesar de superar ampliamente en número a los mercenarios contratados por Aníbal, el estratega cartaginés estaba aplastando sus legiones, y su media sonrisa puede ser interpretada como una prueba de aquel nerviosismo y desconcierto que debió inundar a los impetuosos guerreros aztecas al contemplar sobre la llanura de Otumba como un puñado de españoles era capaz de acabar con miles de los suyos. Una vez la hazaña se hubo consumado, yo supe ser generoso en la victoria, y al igual que el general de los tercios españoles en Flandes, Spínola, en la Rendición de Breda inmortalizada por Velázquez, no quise humillar al derrotado ni regodearme en mi fortuna y tendí una mano a este digno oponente. Habrá quien diga que fue sólo suerte pero, parafraseando a Alejandro Magno, la suerte favorece a los valientes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguro que hiciste Trampas!!...

Anónimo dijo...

Maikel me gustas mucho