21 octubre, 2010

RIMAS

Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no sabe dónde
temblando se clavará;

hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;

gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va;

luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos
cuál el último será;

eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni adónde
mis pasos me llevarán.
Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras que esos pasos no te lleven a la Conchinchina no andamos mal...

Anónimo dijo...

Y leyendas. Donde está la leyenda?

Anónimo dijo...

Espero que no seas vergonzoso/sumiso y lo hagas leer a tus compañeros/as historiadores. Es curioso, pero entre historiadores se le tiene mucha manía a los de la profesión que además escriben literatura, en eso no existe la flexibilidad y las miras abiertas de otras profesiones de las Ciencias Sociales y Humanas, es como si con eso debieran acabar siendo menos rigurosos en sus investigaciones, menos historiadores.
PEDRO